Dislexia es la dificultad de aprendizaje que afecta a la lectoescritura, donde quiera que miremos hoy en día, estamos rodeados de estímulos escritos. También en el periodo escolar y en las etapas académicas que le siguen, es el método principal mediante el que se adquieren los conocimientos y por el que posteriormente se evalúa el aprendizaje.
El lenguaje escrito no solo es de vital importancia para el éxito académico, sino que constituye una herramienta vital en el desarrollo cognitivo de los niños (Zapata, Defior y Serrano, 2011).
Para llegar a ser un lector competente, el reconocimiento preciso y fluido de las palabras es un requisito sine qua non. (Share, 1995)
Sin embargo no todos los niños adquieren estas habilidades tan fácilmente, necesitan recibir un entrenamiento intensivo para ir adquiriendo poco a poco y de manera adecuada, los procesos lectores.
Esta es la realidad de los niños con dislexia, los cuales tienen dificultades para desarrollar la adquisición de la habilidad lectora sin ayuda.
Desde hace ya algunos años gracias a las nuevas técnicas de neuroimagen enfocadas a la exploración neurológica del cerebro, se ha podido comprobar que existen diferencias entre la actividad cerebral de personas disléxicas (Duffy y McAnulty, 1988; Levin, 1990)
“Las personas con dislexia pueden presentar dificultades de comprensión lectora y una experiencia lectora reducida, lo que puede obstaculizar el incremento de su vocabulario y de su base de conocimientos.”
Actualmente la definición de dislexia más empleada y consensuada es la de la International Dyslexia Association (IDA, 2002):
- Consiste en un problema específico de aprendizaje.
- Tiene un origen neurobiológico.
- Se caracteriza por dificultades de precisión y de fluidez en el reconocimiento de palabras escritas.
- Y por problemas de descodificación y de escritura de palabras.
- Estas dificultades son normalmente causadas por un déficit en el componente fonológico del lenguaje.
- Tienen un carácter inesperado, dado que otras habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad y la enseñanza es adecuada.
- Como consecuencia, las personas con dislexia pueden presentar dificultades de comprensión lectora y una experiencia lectora reducida, lo que puede obstaculizar el incremento de su vocabulario y de su base de conocimientos.
La dislexia evolutiva es por tanto una dificultad específica de aprendizaje de origen neurobiológico que se caracteriza por una dificultad de automatización de los procesos lectores, lo que provoca problemas en el reconocimiento de palabras (Wolf Y Bowers, 2000) y por problemas de ortografía.
“Los niños con dislexia tienen un déficit en el componente fonológico del lenguaje sin que otras áreas cognitivas estén afectadas”
Dichas dificultades provienen de un déficit en el componente fonológico del lenguaje, sin que haya necesariamente otras habilidades cognitivas afectadas o que la enseñanza en el aula se realice de manera inadecuada, es decir, estos niños presentan dificultades especiales en el aprendizaje de la lectura y la escritura sin ninguna razón aparente. Sus dificultades no son externas, sino que están en su propio sistema cognitivo.
Estas dificultades en el lenguaje escrito son selectivas, por lo que no afectan a todos los componentes o procesos cognitivos de la lectura. Sin embargo, a causa de lo anterior se producen una serie de consecuencias como son:
- Problemas de comprensión lectora.
- Poca habilidad en general con el lenguaje escrito.
- Lo anterior dificulta el aprendizaje de nuevo vocabulario y nuevos contenidos.
A causa de lo anterior los niños con dificultades en la lectura deben realizar un esfuerzo consciente y excesivo para realizar operaciones anteriores al reconocimiento de la palabra y después carecen de los recursos cognitivos necesarios para comprender lo leído, puesto que ya los han agotado (Defior, Serrano y Gutiérrez, 2015).
